História de Enconar

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By Ostia








900 tainhas, ni una mas ni una menos. Ese era exactamente el numero que llevaba contado Octavio Patillas (OP) cuando la Tía Buena (TB) descaradamente le ofreció cambiar peces por moscas en un alarde de puterío nunca visto hasta hoy en terraza alguna de las Docas.

Bien era cierto que TB era de fácil apertura como las latas de atunisabel (rico en omega 3) , pero algo oculto tras sus cabellos negro azabache le decía que con aquel cliente potencial el asunto iba a ser otro cantar. Inconscientemente o no, se metió la mano que tenia libre por el escote y se acomodó las tetas en la concavidad armada de su wonderbra. Gesto reflejo que llevaba a cabo cada vez que algo no le terminaba de cuadrar o cada vez que se le escapaban del presidio.

Bueno pimpollo, vamos al cabaré, si o que?- le soltó OP sin molestarse ya en apartar la vista de sus generosas protuberancias.

TB: esta bien, en eso hemos quedado no? Pero no te me pongas sobón antes de enseñar la visa que saco la mano a pasear.

OP: a mi no me importa mientras encuentres rápido el pomo donde agarrarte.

TB: Moderación Octavio, espera que cojo el bolso y nos vamos pal centro.

Las calles de la ciudad están llenas de adoquines a esa hora, aliás como en todas las horas porque aunque los espíritus maten mas o menos 200 personas al dia, que se sepa no se molestan en perder el tiempo despavimentando y asfaltando las calles empinadas de la ciudad que guarda en el centro de sus miles de hojas verdes (y un poco comidas por el pulgón), el mas extraño de los secretos: un cogollo.

Para la TB parece que hasta esa noche no se han hecho evidentes las formas geométricas que desaparecen a velocidad de crucero bajo las ruedas de la Ford Transit .

TB: te has fijado en los adoquines?

OP: Lo cualo?

TB: que si has visto la forma de los ladrillitos de la calle.

OP: ah eso es la famosa calzada . Es muy típica, como los bigotes.

TB. No seas gracioso, quiero decir las piedras rectangulares del centro la calle, por donde circulamos.

OP: pues no, y mira que por mi profesión debía haberme fijado en eso, pero nunca lo hice…

Octavio da un saltito en su asiento lo que lleva a sospechar a la TB que puede tener lombrices, pero no! el teme haber hablado demasiado y que la chica pueda adivinar que es detective.

TB: te sientes bien?

OP: si , la emoción del apareamiento inminente que suele producirme meteorismo .

TB: Ah bueno...

Ella no quiere quedar como una rubia aunque sus intenciones sean convertirse en una de ellas en cuanto le saque algo de pasta al “cuenta bestias “, solo reza para que ese nombre no pertenezca a una enfermedad contagiosa e irreversible.

TB: Eres paleta?

OP: No , técnico-capataz-superior-chofer del camión de la basura.

La Ford se detiene y un vapor de humedades ancestrales sube de los infiernos y tiñe de azul la escena.

TB: Es aqui mismo, conocias en antro?

OP : Pues no tengo el gusto .( Octavio determina que tendrá que ser mas cuidadoso y no volver a meter la pata)

Ella espera ilusa que el piloto le abra la puerta, pero cuando ve el culo del tio en la entrada del Pulgatorio Cabaré comprende que no es tampoco su principe azul y se baja.

OP: Que haces chica? Te recomponías la faja?

TB : No. Estaba retocandome el maquillaje ( ingeniero do carro da merda, scarface pedorro) Su pensamiento ha sido tan fuerte que cree que el le habrá oido la mente....